La
sociedad nos ha demostrado que puede cambiar muy rápido, incluso girar de forma
brusca, y mover todo lo que anteriormente era inamovible. Es por causa de la
pandemia del Covid-19 que todo se está transformando a nuestro alrededor:
relaciones personales, relaciones laborales, derechos, obligaciones, etc… un
futuro incierto se está escribiendo con una dirección dada, la dirección lógica
- normalizadora del capitalismo enfermizamente devastador para la gran mayoría
de la población, inoculando en nuestras vidas la falsa idea de que esta
sociedad es la única realidad posible.
¿Soluciones?
Moverse,
pensamiento crítico, moverse, pensamiento crítico y… moverse.
Nos
encontramos bajo un rodillo normalizador de ideas, normalizador de vidas, normalizador
de sociedades… Un rodillo que esfuma todas las realidades posibles,
realidades que desaparecen delante de nuestros ojos, bien por ser ocultadas o
mejor aún, por la magia de la educación que no cesa durante nuestra vida: Colegios,
institutos, con suerte universidades, medios de comunicación, religiones, gente
influyente, políticos, leyes, etc.
Un
ejemplo:
Leemos
que un hombre destroza más de 50 furgonetas Mercedes-Benz recién fabricadas con
una excavadora en la industria que esta marca posee en Victoria. A continuación
la misma noticia de la singular celebración Navideña de este ciudadano contada
por diferentes medios de comunicación:
Un hombre revienta furgonetas Mercedes. Eldiario.es
Un hombre revienta furgonetas Mercedes. Elmundo.es
Un hombre revienta furgonetas Mercedes. Eluniversal.com
Un hombre revienta furgonetas Mercedes. Cadenaser.com
Un
resumen de las cuatro noticias es: “Robó”, “atacante”, destrozos por valor de
millones de euros, “venganza”, indicios de tener la intención de acceder con la
retroexcavadora a la cadena de montaje de alto valor económico y paralizar así
la fabricación de furgonetas varias semanas, “afortunadamente, el hecho sucedió
en la madrugada, por lo que no se reportó ninguna persona lesionada”…
Suponemos
que no cabían más caracteres en la edición digital de estas noticias, y el
pobre becario que las redacto tuvo que omitir las condiciones laborales
existentes, la imposibilidad de evitar la opresión, indefensión frente a la “pobre”
Mercedes, y lo sangrante que resulta que el sudor de tu trabajo se convierta en
lujo para los Directivos.
Ahora
podríamos discutir sobre esta acción, de si se volvió loco o no, si iba bajo
los efectos de psicotrópicos o no, si eso no se debe hacer, etc… hasta que alguien dice…
¿Y si todos los trabajadores de la fábrica de Mercedes – Benz hiciesen lo
mismo? Pues se conseguiría que fuese la única empresa con un trato exquisito a
sus empleados y con condiciones laborales a la altura de una marca que vende
confort (para los que puedan pagarla).
¿Y si todos hiciésemos lo mismo? Se conseguiría condiciones a la altura de lo que merece el que trabaja.
Entonces…
¿es un hecho deplorable o un chispazo de resistencia de esos que siguen encendiendo
la llama de la esperanza?